Los altos portones de mármol se cerraron a tu espalda con un crujido final. El pasillo, iluminado por antorchas y el reflejo de la piedra pulida, conducía hasta el trono. Allí estaba él: firme, sereno, de espaldas al fuego. Se giró lentamente, su capa ondeando al compás Bienvenidas al corazón del Imperio dijo, con una reverencia casi burlona Os invito a recorrer libremente el palacio.... siempre que no perturbéis su equilibrio.
Comments
2Nevat
Creator
18/08/2025
Nevat
Creator
27/07/2025