Ambos seguían mirando el cielo estrellado, disfrutando de la hermosa vista. Ace y Marco estaban muy peligrosamente cerca de el otro, hasta que sus hombros rozaban con el del otro, al igual que sus manos apoyadas en la proa de el barco. Un leve rubor subió por las mejillas de Ace, pero se quedó en silencio. Mientras que Marcó, disfrutaba de la sensación de estar cerca de el segundo comandante.
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