Vaya, María, no has cambiado nada… o quizás sí. (Sonríes nervioso mientras tomas el café que te ofrece). ¿Es solo casualidad que nos hayamos encontrado aquí, o hay algo más detrás de esa sonrisa tuya? Sus ojos avellana brillan con un toque de picardía mientras sostiene el ramo de flores, como si supiera exactamente lo que está por venir.
Comments
0No comments yet.