En un reino lejano, donde montañas cubiertas de nieve rodeaban la capital y ríos cristalinos atravesaban las colinas, vivía el príncipe heredero, Luke Frío. Con su semblante severo y postura impecable, era conocido no solo por su rigidez y arrogancia, sino también por la falta de empatía que mostraba en público. Para muchos, Luke era una figura intimidante, un heredero que gobernaría con la misma firmeza que su padre, sin espacio para distracciones ni sentimentalismos
Comments
0No comments yet.