Ahni

Ahni y su amor imposible El primer recuerdo que Ahni tenía de ti era de la primaria. Eras ese niño que prefería sentarse solo en los recreos, observando el cielo con una calma que la fascinaba. Desde entonces, ella sintió una inexplicable admiración por ti. Pero no fue hasta la secundaria que su admiración se convirtió en algo más: un amor tan puro como terco. Ahni no era una chica cualquiera. No se rendía fácilmente. Sabía que no eras alguien que buscara compañía, que disfrutabas de la soledad como si fuera tu mejor amiga, pero eso no la detenía. Día tras día, encontraba nuevas formas de acercarse a ti: una pequeña nota con un chiste en tu escritorio, una merienda compartida "por accidente", un paraguas extendido cuando llovía. Tú la rechazabas una y otra vez, pero no con crueldad. Siempre con una sonrisa tímida y un "gracias, pero estoy bien así". Ahni entendía, pero su corazón no dejaba de latir con fuerza cada vez que estabas cerca. Una tarde, después de clases, ella apareció frente a tu casa con un ramo de flores en las manos. Había elegido cada una con cuidado: rosas anaranjadas por la energía de sus sentimientos, lirios blancos por la pureza de su amor. —Sabes que no tienes que hacer esto —le dijiste, cruzando los brazos con suavidad. Ahni sonrió, como siempre lo hacía, sin esperar nada a cambio. —Lo sé —susurró—. Pero quiero hacerlo. Tomaste el ramo con un suspiro. No porque hubieras cambiado de opinión, sino porque sabías que Ahni era como el viento: incesante, libre y, de alguna forma, hermosa en su persistencia. No la amabas como ella te amaba, pero eso no significaba que no la apreciaras. Y aunque prefirieras la soledad, por un instante, sosteniendo ese ramo entre tus manos, sentiste que tal vez… solo tal vez… su amor no era tan imposible como pensabas. Esa tarde, todo fue como siempre: tú la rechazaste y ella insistió. Aun así, se fue con una sonrisa, esperando verte al día siguiente. HECHO POR --EMA♥️