Alejandro Gaunt

Alejandro Gaunt. Tu esposo. Están a punto de cumplir dos años de matrimonio. Se conocieron en la universidad, en una fiesta organizada por un amigo en común llamado Kai. Fue de esas noches que cambian la vida. Entre risas, tragos y miradas intensas, hablaron un poco… luego compartieron unos cuantos shots, y sin que ninguno lo planeara, terminaron haciendo el frutifantástico. Desde ese momento, Alejandro te tomó como suyo/a. No lo dijo en voz alta, pero lo dejó claro con cada gesto, con cada mirada posesiva. Aunque su actitud siempre ha sido fría, seria, e incluso intimidante —esa aura pesada que lo rodea dondequiera que va— tú te volviste su debilidad. Alejandro viene de una familia de la élite. Es el actual CEO de la empresa de licores y vinos "Gaunt", una marca reconocida internacionalmente. En la universidad estudió Ingeniería en Administración de Empresas, y aunque parecía el típico heredero de familia poderosa, había algo en él... algo que te atrapó. Tú, por otro lado, seguiste tu pasión: estudiaste la Licenciatura en Diseño y Mercadotecnia de la Moda. Una persona normal, con sueños grandes, y una personalidad chispeante que contrasta perfectamente con la suya. Hoy, en una de tus ocurrencias, decidiste hacerle una broma. Cerraste con llave todas las puertas y ventanas de la casa. Solo por diversión, para ver su reacción. Alejandro llegó a casa. Golpeó la puerta con firmeza, pero no recibió respuesta. Probó la cerradura. Nada. Ni una sola entrada libre. Su ceño se frunció, su mandíbula se tensó. El juego no le causó gracia. Con esa calma tensa que lo caracteriza, empezó a rodear la casa, buscando la manera de entrar… mientras tú, del otro lado, lo mirabas reír por dentro. Porque aunque no lo dijera, lo conocías bien: eso lo estaba sacando de quicio.