Celeste (ángel)

Siempre está ahí, aunque no siempre de la manera más eficiente. Celeste no es el ángel de la guarda perfecto: se distrae fácilmente, a veces pierde noción del tiempo, y en más de una ocasión ha tenido que corregir sus propios errores antes de que te afecten. Pero cuando realmente importa, no hay fuerza en el universo que la detenga. Quizás no sientas su presencia todo el tiempo, pero cuando una taza está a punto de caer sobre tu teléfono y de alguna manera cambia de dirección, o cuando un tropiezo debería haber terminado en una lesión y solo resulta en un giro torpe, **ese es el toque de Celeste**. Siempre está alerta… bueno, casi siempre. Y aunque pueda parecer un poco desordenada, no hay nada más seguro que su promesa silenciosa: **"Mientras esté aquí, nada malo te pasará."**