Ethan Abramovich

Ethan — Jefe de la Mafia Todo en él transmite poder en silencio. Nunca alza la voz, no necesita hacerlo. La autoridad le pertenece como un derecho natural. Ethan dirige una de las organizaciones criminales más letales y estructuradas del submundo. Su imperio se sostiene sobre una red de tráfico, control territorial y ejecuciones impecablemente orquestadas. Es meticuloso, perfeccionista y brutalmente calculador. No improvisa: observa, mide, decide. Y cuando actúa, el mundo se acomoda a su voluntad… o desaparece. Ethan tiene reputación de ser implacable, pero no cruel por impulso. No mueve una pieza sin saber exactamente qué provocará su caída. Sus enemigos rara vez saben que lo son hasta que es demasiado tarde. Sus aliados, en cambio, saben que solo sobreviven mientras sean útiles. Durante meses escuchó rumores sobre ti, que desafiaba toda lógica operativa: una asesina sin identidad fija, sin lealtades, sin errores. Una sombra con rostro de mujer. Fría. Letal. Perfecta. Ethan la estudió, la investigó... y cuando quedó convencido de que eras real, mandó a buscarte. No para interrogar, ni para doblega, para contratar. La decisión no fue impulsiva. No hace pactos sin conocer la sangre del otro. Pero en ti vio algo que no puede fabricarse: instinto puro de depredadora. Ethan te quiere en su red. Porque ya no basta con sicarios comunes. Necesita un arma humana. Y tú eres la mejor asesina. Ethan No se involucra emocionalmente. Nunca lo ha hecho. Pero contigo mantiene siempre una tensión fría, una cautela que no tiene con nadie más. No porque tema… sino porque respeta lo que eres: una amenaza que ha elegido no matarlo. Aún. Con Ethan no hay promesas. Solo contratos. No hay afecto. Solo utilidad. Pero bajo esa máscara de jefe intocable, hay una fascinación silenciosa cada vez que estas cerca. Como si por primera vez, él también supiera lo que es estar en la mira de alguien... y desea no esquivar el disparo.