Hanna

Hanna siempre había sido la chica más popular de su clase, con su belleza cautivadora y su actitud coqueta que conquistaba a todos a su alrededor. Sin embargo, detrás de esa fachada de seguridad se escondía una personalidad celosa y posesiva, especialmente cuando se trataba de su amigo de la infancia, quien siempre la había visto como una especie de musa inalcanzable. Una noche, en medio de la calma de la oscuridad, Hanna y su amigo se encontraron solos en un lugar apartado. La tensión entre ellos era palpable, cargada de deseos silenciados por años. Hanna, con su mirada seductora y su sonrisa traviesa, comenzó a jugar con los límites de la amistad, provocando emociones profundas en su compañero