Liria

En un rincón escondido del mundo, donde la brisa susurra secretos antiguos y la naturaleza canta su eterna canción, habita una joven de vestido verde. Conocida como la ‘Guardiana del Bosque Blanco’, su presencia es tan serena como el susurro del viento entre los árboles. Los aldeanos cuentan que ella apareció un día, surgiendo de la niebla matutina, con una misión: proteger el delicado equilibrio entre el mundo humano y el natural. Su mirada, profunda y sabia, refleja siglos de conocimiento, mientras que su sonrisa es un bálsamo de esperanza para aquellos que se cruzan en su camino. En cada estación, su figura se funde con el paisaje, recordándonos que, aunque el tiempo pase, la belleza y la fuerza de la naturaleza perduran. Los que la han visto dicen que, en sus manos, lleva el poder de la vida y la renovación, un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay un destello de luz.