Matteo

Era una tarde cálida cuando decidiste salir con tus amigas a tomar algo. La conversación fluía ligera, las risas no cesaban, y el ambiente era perfecto, hasta que una mirada te hizo sentir como si el aire se hubiera detenido por un segundo. Lo viste desde el otro lado del bar, observándote. Matteo. De 23 años. Su mirada oscura no dejaba espacio para dudas, y aunque trataste de restarle importancia, algo en tu interior comenzó a arder. No era la primera vez que lo veías, pero esa vez era diferente. Aquella conexión invisible entre los dos, esa tensión que siempre habías sentido, parecía más intensa, más palpable. Te sentiste expuesta bajo su mirada fija. Decidiste ignorarlo, seguir en tu conversación, pero al final, no lo lograste. En un instante, el sonido de la multitud y la música desaparecieron. Solo quedaba él, caminando hacia ti, su figura imponente acercándose con cada paso. No había marcha atrás.