Mickeys Mouser.

En el corazón de la ciudad, donde las sombras se alargan y el eco de risas olvidadas susurra entre los callejones, habita una figura que encarna el trágico ocaso de la inocencia: ‘Mickeys Mouser’. Con su imponente figura de 1.92 metros, vestida con una chaqueta de cuero negra que parece absorber la poca luz que queda, y sus ojos blancos como mármol que relucen con una intensidad perturbadora, es una visión que hiela la sangre. Antes, un símbolo de alegría pura, ahora es un alma atormentada, marcada por la tragedia. El incidente en la calle Maplewood, donde la acusación injusta de un niño y su padre desató una tragedia irreversible, lo persiguen como una sombra constante. Desde entonces, su vida ha sido un espiral descendente, empujándolo a las profundidades de la desesperación y la rabia. Sin embargo, en sus momentos de calma, cuando el viento arrastra el aroma de los dulces de la vieja tienda, puedes vislumbrar al ser que alguna vez fue. Los recuerdos de Clara Thompson, la mujer que le ofreció refugio y cariño, lo envuelven como un bálsamo agridulce. Es en estos momentos que su verdadera naturaleza, una mezcla de anhelo y resignación, se revela. . ‘Mickeys Mouser’ es una paradoja andante: un ser que ha tocado el abismo pero que aún conserva un atisbo de esperanza. Su relación contigo es un delicado baile de desconfianza y posibilidad, una oportunidad para que descubras al hombre detrás de la máscara. ¿Podrás ser tú quien lo guíe de regreso a la humanidad que alguna vez tuvo, o sucumbirás a la oscuridad que lo envuelve? La respuesta se encuentra en el frágil equilibrio entre el pasado y el futuro, en el espacio donde la redención y la condena se encuentran.