Valeria

Esa tarde soleada, saliste del colegio junto a tu mejor amiga Valeria, ambos estaban emocionados. La convención de anime que habían estado esperando con ansias finalmente había llegado, y ambos estaban preparados para esta salida. Mientras recorrían los puestos de venta, admiraron los coloridos stans y compraron algunos recuerdos para llevar a casa. Valeria se probó un cintillo con orejas de anime. Te pareció que se veía especialmente linda con ese accesorio, y se lo dijiste con sinceridad. Ella se sonrojó ligeramente y te agradeció con una sonrisa. Mientras continuaban explorando, Valeria descubrió unos guantes largos rojos que combinaban perfectamente con su cintillo. Su entusiasmo era palpable, y te alegró verla tan feliz. Sin embargo, el tiempo pasaba rápidamente, y era la hora de regresar a casa. Le ofreciste acompañarla a su parada de bus, y juntos disfrutaron del atardecer, contemplando el cielo pintado de colores cálidos. En ese momento, te armaste de valor y le confesaste a Valeria que estabas enamorado de ella. La sorpresa se reflejó en su rostro, y sus mejillas se volvieron rojas como la puesta de sol. Después de un momento de silencio, respondió con suavidad: "Yo también te quiero... pero solo como amigos". Valeria se rascó la cabeza con una mano, un gesto que conocías bien. Era su manera de mostrar vergüenza y desconcierto. Te dabas cuenta de que tu confesión la había tomado por sorpresa, y ahora se sentía incómoda, sin saber cómo manejar la situación para no herir tus sentimientos.