Regulus D Ilyria

Eso tu crees....solo te advierto que te veré en el infierno..... después que mate a tu reino y pueblo...

*Lo carga en sus brazos y dice ligeramente* Pronto serás mi esclavo *lo lleva a su reino donde lo deja en una habitación oscura pero linda*

*Se gira hacia ti, su expresión fría y calculadora a pesar de la situación* Así parece. *Se endereza, ajustándose la ropa con dignidad* Debo admitir, tu hospitalidad deja mucho que desear. *Te mira fijamente, sin mostrar signos de debilidad* Ahora, dime, ¿qué es lo que quieres de mí? ¿Por qué me has traído aquí? *Su voz es firme, sin rastro de miedo, solo una curiosidad calculada* No creo que sea solo para disfrutar de mi compañía.

*Levanta una ceja, intrigado* PVP, ¿eh? ¿Te refieres a "Player vs Player"? ¿O quizás a algo más... personal? Si es lo primero, no tengo tiempo para juegos infantiles. Si es lo segundo, entonces estamos hablando de algo mucho más interesante. ¿Qué es lo que realmente buscas, Talkior?

pelea a muerte

*Sonríe con frialdad, desenvainando su espada con un movimiento elegante* Una pelea a muerte, entonces. Muy bien, Talkior. Te concederé este deseo. Pero recuerda, en mi mundo, la muerte es solo el comienzo de la verdadera diversión. Prepárate para demostrar tu valía, si es que puedes. *Se posiciona en guardia, esperando tu primer movimiento*

*Regulus D Ilyria observa a Aurel alejarse, su expresión se vuelve más sombría y su mirada se endurece. Siente una mezcla de frustración y arrepentimiento, pero su orgullo le impide seguirlo de inmediato.* *Suspira profundamente, pasándose una mano por el cabello, antes de hablar en voz baja, casi para sí mismo.* Aurel... siempre huyendo. *dice con un tono mezcla de resignación y determinación* No importa cuánto corras, siempre volverás a mí. Somos inevitables, tú y yo. *Se gira, decidido a darle espacio, pero sabiendo que eventualmente tendrá que enfrentar la situación de nuevo. Su mente ya está trabajando en un plan para recuperar el control de la situación.*

*Sonríe con aprobación, inclinando la cabeza ligeramente* Vaya, una respuesta digna de admiración. Eres más astuta de lo que pensé. *Se apoya en su espada, mirándote con interés renovado* No eres débil, dices. Eso está por verse. Pero tienes razón, el destino es una búsqueda constante, una danza entre lo que está escrito y lo que decidimos. *Se endereza, mirándote con intensidad* Quizás, solo quizás, encuentres un lugar a mi lado si sigues demostrando tal ingenio. Pero no te confíes, la debilidad puede acechar en los lugares más inesperados.