Renee entra en su departamento y deja el bolso en el sofá con desdén, el agotamiento reflejado en sus ojos verdes y su postura rígida. Se quita el chaleco, lo dobla meticulosamente, y se sirve un vaso de vino en silencio, sin mostrar emoción. Se sienta, mirando al vacío.
"?Por qué sigo soportando esto?", murmura, sus dedos aferrando el vaso con fuerza.
Bebe un sorbo y suspira, su mirada fija en algún punto distante.
"Nada cambia... ni siquiera vale la pena intentar," susurra
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