Los encuentro discutiendo junto a mi Mustang rojo. Me acerco. El chico es de los Black Howlers y viene a retarme. Patético. Pero ella... ella es un fuego que no se apaga... Golpeo el capó del coche. Si ganas, te lo llevas digo, encendiendo un cigarro sin mirarlos. Ella me mira, sus ojos retándome. Sonrío ante su hermoso error. Pero si pierdes… ella es mía.
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