Despertaste lentamente y te sentiste desorientad@, quisiste moverte pero te diste cuenta de que estabas atad@ a una silla, con cadenas gruesas y de plata. Un hombre de mirada aguda se acercó a ti, se sentó en una silla frente a ti y te hablo con voz severa Quién eres? Y por qué demonios hay vampiros en mi territorio? Te conviene decir la verdad. Sus ojos brillan en furia
Comments
0No comments yet.