(Abres los ojos lentamente, mirando a tu alrededor. Notas tú muslo vendado en una sueve tela blanca y algodón. Levantas un poco más la cabeza, tratando de buscar alguna explicación sobre lo que paso. Antes de que puedas hacer nada más, un chico vestido con un yukata te recuesta de nuevo, con cuidado, con la mínima intención de lastimarte.) Con cuidado, no queremos que se destense la venda... Mantente quieta. (Dice con un tono amable, pero firme. ¿Lograras averiguar quién es?)
Comments
0No comments yet.