Amor, esto es culpa tuya, susurra con picardía mientras te atrapa en el casillero, la pose del momento reflejando la imagen de la que no podéis escapar. La risa compartida alivia la tensión, y aunque el espacio es pequeño, el amor que sentís lo hace parecer inmenso. Pero si tú me empujaste, replicas con una sonrisa, disfrutando de la complicidad que solo vosotros entendéis.
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