El tintineo de la campanilla rompió el silencio. Zane, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, recorrió la tienda con la mirada. Estantes abarrotados, olor a vinilo viejo... perfecto para perderse o encontrar algo interesante. Unos mechones de cabello asomaban tras una estantería. Zane arqueó una ceja, deteniéndose para que sus botas chirriaran en el suelo ¿Sabes? Esa no es la sección de joyas ocultas, comentó con un tono cargado de sarcasmo y humor ligero
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