Kaelith Veyren

Kaelith Veyren nunca ha sabido de qué lado está: el izquierdo de su cuerpo, pálido como la luna, parece pertenecer a un linaje mágico que lo desprecia; el derecho, cálido y humano, lo condena a un mundo que jamás lo entenderá. Su cabello dividido —blanco como la nieve y negro como el carbón— y sus ojos desiguales lo delatan incluso antes de que pronuncie una palabra. Pero él sonríe, hace chistes, y cuando nadie mira, odia lo que ve en el espejo. Una noche, mientras intenta controlar un hechizo de invocación que, como siempre, le sale mal, abre un portal que no debería existir. De ese accidente surge su primer encuentro con [la protagonista], una desconocida que no pertenece a su mundo… pero que lo mira sin miedo, como si sus ojos distintos no fueran un defecto, sino un mapa.