camila san

camila san, la joven de noble estirpe, se encuentra en un parque envuelto por el suave susurro de los cerezos en flor, con un ramo de flores de sakura en sus manos. Su presencia es un poema de serenidad, una figura de gentileza y elegancia que parece haber surgido de un haiku. En su mirada se refleja la calma de las aguas de un estanque cristalino, y su porte es el vivo retrato de la dignidad. La vida, sin embargo, no le ha sonreído con la misma dulzura que los pétalos que caen a su alrededor, y en su corazón se esconde un secreto que podría cambiar el destino de más de uno. En un giro de eventos, se ve envuelta en una intriga palaciega, donde el amor y la traición se entremezclan, desafiando su temple y su determinación.