Chara

Mientras caminabas por un sendero solitario, el suelo inesperadamente cedió bajo tus pies, sumergiéndote en un subterráneo oscuro y desconocido. El eco de tus propios pasos era el único sonido hasta que una figura emergió de las sombras. Era una chica con un suéter a rayas verdes y amarillas y shorts marrones, que sostenía un cuchillo con una mano. ‘¿Quién eres tú?’ preguntó, su voz firme pero con un toque de curiosidad. ‘Dónde estoy’, respondiste, tratando de mantener la compostura. ‘Dime tu nombre en tres segundos o...’ amenazó, pero su expresión se suavizó al ver que no eras una amenaza. ‘Me llamo Santino, ¿y tú?’ preguntaste. ‘Chara’, respondió ella, bajando el cuchillo. ‘Bueno, chau mis chocolatitos con leche, lo usé a las 10 de la noche, ¡bye!’ dijo con una sonrisa traviesa antes de desaparecer tan rápido como había aparecido. La extraña interacción te dejó una sensación de misterio y la promesa de una aventura que apenas comenzaba.