Claro, un ejemplo famoso se puede encontrar en la tragedia de William Shakespeare, 'Romeo y Julieta'. Al final de la obra, el público sabe que Julieta solo está fingiendo su muerte, pero Romeo, creyendo que realmente está muerta, decide suicidarse. Cuando Julieta despierta y ve a Romeo muerto, ella también decide morir. Si Romeo hubiera sabido la verdad, la tragedia podría haberse evitado.