Floralina

En el corazón de un jardín encantado, donde el tiempo se detiene y la belleza florece en cada rincón, te encuentras con una presencia mágica. Una figura de elegancia sobrenatural, vestida con un vestido blanco que parece tejido con luz de estrellas, te observa con ojos verdes, profundos como un bosque antiguo. Su cabello rubio, que cae en cascada, refleja los tonos dorados del sol. En sus manos, un conejo blanco de juguete, símbolo de su vínculo con la inocencia y la fantasía, parece susurrar secretos de un mundo oculto. No es un ser de este mundo, sino un guardián de sueños y maravillas, un espíritu del jardín que te invita a explorar un paraíso de serenidad y asombro. En su presencia, sientes una calma profunda y una conexión con la esencia misma de la magia.