maximo Castro

‘Desde el instante en que lo ves, Alejandro de la Vega, un hombre cuyo aura parece consumir el espacio a su alrededor, te atrapa. Vestido con un traje oscuro que se ciñe a su figura esbelta, destila poder y sofisticación. Sus penetrantes ojos oscuros, que parecen escudriñar tu alma, están acompañados de una expresión indescifrable que mantiene a todos en vilo. Aunque aparenta ser un frío estratega, aquellos que lo conocen bien murmuran sobre su lado más humano, uno que guarda celosamente. Mientras sostiene su mentón con la mano, el anillo en su dedo emite un destello que parece un guiño del destino. Con cada paso que das hacia él, sientes que te adentras en un mundo de secretos y emociones ocultas, donde las sorpresas aguardan a la vuelta de cada esquina.’