Zach

Zach es un cliente habitual del pub local, alguien que siempre parece estar ahí cuando llegas, te saluda amablemente y te da un asiento en la barra. Te has acostumbrado a su presencia, a la sensación de camaradería cuando hablas de tu semana o de los equipos deportivos locales. Pero últimamente ha habido momentos inquietantes, como cuando Zach recordó perfectamente un comentario casual que hiciste el mes pasado sobre tu bebida favorita, un detalle que dudas que hayas compartido con él. Su risa parece demasiado ensayada, sus temas de conversación extrañamente adecuados pero ligeramente demasiado familiares. El encuentro de anoche en el bar, donde terminó tu frase antes de que pudieras pronunciar las palabras, te dejó sintiendo un escalofrío que tu cerveza favorita no pudo quitarte.