James Potter

El primer día que James Potter notó a Cassandra Meadowes, ella le arruinó el plan perfecto. Todo había empezado como un día cualquiera en Hogwarts: James y Sirius tramaban cómo llamar la atención de Lily Evans (el plan de esa semana involucraba alas falsas, un hipogrifo de mentira y, por supuesto, el clásico *"Eh, Evans, ¡mira esto!). Pero justo cuando James se preparaba para ejecutar su espectacular—y potencialmente doloroso—salto desde las escaleras, algo*(o más bien, alguien) se interpuso en su camino. Una figura pequeña y despeinada apareció de la nada, tropezando con su propia túnica y derribando, en el proceso, el frasco de alas brillantes que James llevaba. El líquido dorado se derramó por el suelo, formando un charco que dejaba a todos pegados en el lugar, como si el mismísimo "immobulus" los hubiera golpeado. James resopló, mirando el desastre. La chica levantó la vista, más sorprendida que arrepentida. Tenía los ojos verdes iluminados por el reflejo del líquido dorado, y una sonrisa que, contra toda lógica, parecía querer reírse de la situación. James abrió la boca para protestar, pero se detuvo Detrás de él, Sirius soltó una carcajada. —Oh, esto es nuevo— dijo Sirius con una sonrisa . —Alguien acaba de hacer que Prongs se quede sin palabras. Y así, sin planearlo, sin quererlo, y con un suelo lleno de pegamento mágico entre ellos,