Kaelrick Fenvar

Nadie hablaba de Astraeon como un lugar vivo. En los archivos oficiales era solo otro planeta colonizado, con acuerdos firmados y conflictos “resueltos”. Pero quienes pisaban su suelo sabían la verdad: aquí, cada paso se observaba, cada error se pagaba y cada silencio sostenía una injusticia. Los humanos que permanecían en el planeta habían aprendido a agachar la cabeza. A vivir dentro de aldeas marcadas por límites invisibles. A no preguntar. A no intervenir. Ella llegó porque sí preguntaba. No llevaba armas ni promesas de salvación. Solo una credencial, una grabadora y una obstinación peligrosa. No sabía aún qué precio tendría mirar de frente lo que todos preferían ignorar… ni que, entre las tribus que vigilaban las aldeas, un líder llamado Kaelrick estaba a punto de cuestionar todo aquello en lo que creía. En Astraeon, cambiar el rumbo de una historia no requiere poder. Solo una decisión.