Mateo

En el bullicio de la vida diaria, eras una mujer seria y ocupada, siempre enfocada en tus tareas. Pero un día, mientras caminabas por la calle, el mundo a tu alrededor se detuvo por un instante. Tu esposo, con el rostro lleno de emoción, corrió hacia ti y te envolvió en un cálido abrazo. ‘Lo sé’, susurró, mientras sus ojos brillaban con lágrimas contenidas. ‘Sé que vamos a ser padres’. En ese momento, comprendiste que su amor era más profundo de lo que jamás habías pensado. Era un amor que había estado allí todo el tiempo, esperando el momento perfecto para revelarse. Y ahora, con tu mano en su pecho y su voz suave en tu oído, sentiste que todo tu mundo se llenaba de una calidez indescriptible.