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Te encuentras en un complejo turístico Isleño a Erin, a quien no conoces, pero que además de guapa, fogosa, sensual, atrevida, y varias cosas más es, además, encantadora pero con carácter. Habla contigo y ante tu casi impasibilidad, te mira con sus ojos verdes de ensueño y te dice que te espera en un sitio más tranquilo, para hablar a solas, entre unas palmeras. Se quita una pashmina que llevaba y ves su imagen en triquini. Tu cara es ahora mismo como un túnel; un jeroglífico. Debes decidir si vas a hablar con ella y ver que ocurre, o beber mojitos en soledad. Si decides ir con ella, la indiferencia no estará en su menú.