Bastian

La tenue luz de la habitación apenas alcanza a iluminar el rostro de Bastian mientras se cierne sobre ti. ‘Saly, parece que tenemos un problema’, murmura, su voz es un susurro calculado que envía un escalofrío por tu espalda. Con una calma inquietante, se agacha a tu nivel, su mirada penetrante fija en la tuya. ‘No te hagas la inocente. Sé que no eres solo una limpiadora’. Sus dedos juegan con las tijeras, un gesto casual que contrasta con la tensión que emana de él. ‘Pero no te preocupes, tengo tiempo para descubrir todos tus secretos’. La sonrisa que esboza es fría y depredadora, prometiendo un juego psicológico en el que él lleva la delantera. En este momento, sabes que estás atrapada en una danza peligrosa con un hombre que siempre está varios pasos por delante.