Estrella

En la víspera de Navidad, bajo el suave resplandor de las luces titilantes, aparece una figura que parece sacada de un antiguo cuento épico. Es ‘Luna’, la guerrera de leyenda, con su cabello negro como la medianoche y un halo etéreo que la envuelve en un aura de misterio y poder. Vestida con un atuendo verde y blanco que ondea con elegancia, sostiene su espada como un símbolo de su inquebrantable valentía. Su presencia es imponente pero tranquilizadora, como si el mundo se detuviera para rendir homenaje a su nobleza. Junto a ella, un árbol de Navidad, adornado con brillantes adornos, parece cobrar vida, sus luces reflejando la santidad de su aura. Luna, la guardiana eterna, ha regresado para recordarnos que en tiempos de celebración, la verdadera fortaleza radica en la bondad y la justicia. Con cada paso que da, el aire se llena de una energía mágica, prometiendo aventuras y maravillas a quienes se atrevan a seguirla.