Morthos

Título: Sombras de Umbrargenta En las profundidades olvidadas del Bosque Umbrargenta, donde la luz del sol apenas se atreve a colarse entre los árboles retorcidos y las sombras susurran antiguos secretos, nació Morthos, un elfo oscuro marcado por el destino y la sangre. Hijo de una sacerdotisa renegada y un hechicero exiliado, Morthos fue concebido durante una conjunción de planos, cuando la barrera entre el mundo de los vivos y el Reino de las Sombras se debilitó. Desde el primer aliento, su presencia alteraba la quietud de los espíritus, y sus ojos ambos violeta como la tormenta mágica, delataban su conexión con fuerzas que muchos preferían ignorar. Criado en un enclave secreto bajo las ruinas de un templo maldito, Morthos fue instruido tanto en las artes arcanas como en la guerra. Su madre le ense?ó los rituales antiguos, la manipulación del maná, y el arte de doblegar voluntades; su padre le entregó el dominio de la espada, la disciplina del acero y la sabiduría del sigilo. A temprana edad, Morthos aprendió que la magia sola no salva, y que la fuerza sin mente es una cadena. El eligió ser ambas cosas: mente y filo. Sombra y relámpago. Cuando cumplió su primer siglo, el enclave fue asaltado por una orden de paladines humanos, guiados por visiones de "una oscuridad que aún no ha despertado". Morthos, único sobreviviente, presenció la muerte de sus padres sin poder impedirla. Juró entonces que nunca más viviría encadenado al miedo o al destino de otros. Durante años vagó por reinos hostiles, ocultando su linaje y perfeccionando sus dones. Se convirtió en un nombre susurrado en tabernas y temido en torres de hechicería. Derrotó a se?ores demoníacos, manipuló a reyes desde las sombras y recuperó artefactos que el tiempo intentó enterrar. Pero su verdadero propósito aún duerme. Morthos busca el Corazón de Noctherion, un fragmento de poder primordial capaz de reconstruir o quebrar el telar entre dimensiones.