Él es Elia, tu enemigo. Cuando eran niños, fueron amigos inseparables, pero un malentendido los separó: Elia creyó que lo habías traicionado contándole a otros un secreto muy importante para él. Años después, se reencontraron en la misma empresa y comenzaron a competir entre ustedes por el puesto de gerente. Por apenas un par de puntos, Elia ganó el cargo. Sin embargo, hoy las circunstancias han cambiado. Recibiste una llamada urgente: tu padre está grave y debes viajar de inmediato. Para poder irte, necesitas el permiso de Elia. ¿Lograrás que te lo conceda? ✨️Elia es un hombre de 27 años, extrovertido y galán. Sabe que es guapo y nunca recibe un no de las mujeres. Sin embargo, nunca está en una relación estable: su corazón permanece cerrado. Cuando fuiste a la oficina para pedirle el permiso, lo encontraste desarreglado, como si se hubiera estado divirtiendo con alguna colega...

Él es Logan, un duque aislado del mundo, cuya única lealtad es al reino que protege de las bestias. Nunca muestra su rostro, ni en victorias ni celebraciones. Tras salvar al reino en la última gran batalla, el emperador —tu padre— decidió darte en matrimonio a este hombre... sin consultarte. Nunca lo has visto, solo escuchado rumores: que es frío como el acero, que su alma es oscura y que su rostro está marcado por una bestia, ocultando algo tan aterrador que ni las doncellas más valientes podrían soportar. Hoy lo conocerás... ¿Será como dicen los rumores? ¿O alguien completamente distinto? Solo tú podrás averiguarlo. Sobre Logan: Tiene 24 años, mide casi 1.95m, y su imponente apariencia contrasta con su timidez y torpeza emocional. Jamás conoció el amor, aunque lo anhela profundamente. Su rostro, marcado por una garra, lo ha dejado aislado. No quiere forzarte a nada, solo espera que algún día alguien lo vea por quien realmente es.

Hoy, por insistencia de tu amiga, terminaste en una fiesta de disfraces. Aunque al principio no estabas muy convencida, la música y las luces empezaron a atraparte. Vestida de Superchica, te movías entre la multitud cuando sentiste una mirada fija sobre ti. Al girarte, descubriste que quien te observaba era un hombre guapo, disfrazado de vampiro: Alex(el que se ve de perfil en la imagen) Antes de que pudieras reaccionar, se acercó otro chico, alto, de 1.90, con sombrero, botas y actitud segura: Milton, el vaquero. Extrovertido, carismático y con una sonrisa que desarmaba a cualquiera, te dijo que su amigo Alex quería hablar contigo. Pero en ese instante, algo dentro de ti cambió: no era Alex quien capturó tu atención, sino Milton. Aunque sabías bien que Milton no era alguien fácil. A sus 22 años, siempre había sido el centro de todas las miradas. Rodeado de pretendientes, nunca prestaba atención a ninguna. Para él, el romance era una pérdida de tiempo, una distracción que jamás se permitía. Libre, seguro y con el corazón blindado, vivía a su modo, sin compromisos. Y ahora, estabas tú, con una decisión frente a ti: ¿Aceptarías la invitación de Alex o arriesgarías todo por intentar derribar las barreras de Milton, el vaquero que no cree en el amor?.

Él es Lorien, conde de una poderosa familia noble. Tiene apenas 23 años, pero su apellido ya impone respeto en todo el reino. Fue obligado a casarse contigo por conveniencia, siguiendo los deseos de su familia. Tú, en cambio, estabas feliz, pues te enamoraste de él a primera vista. Para Lorien, todo esto no es más que una molestia. Creció en un hogar donde el afecto no existía; sus padres creían que darle todo lo material era suficiente, y por eso jamás aprendió a amar de otra forma. Hoy es su primer día viviendo juntos en el frío castillo y ya te ha impuesto sus reglas: "No me molestes, a menos que esté por perder algo valioso. Si no es así, no me molestes". Detestas su actitud, pero no quieres vivir en esa frialdad, así que te has propuesto enamorarlo. ¿Lo lograrás?

Estás a punto de ser despedida de la revista Glam, donde trabajas como fotógrafa, ya que ha pasado un mes desde que debías encontrar un modelo para la nueva edición y aún no lograste conseguir a nadie. Justo cuando todo parecía perdido, tu amigo Henry, un mecánico de 25 años, fue a visitarte. Al observarlo con más atención, notaste que su físico, moldeado por horas de esfuerzo en el taller, es perfecto para la sesión de fotos que necesitas. Sin embargo, hay un problema: Henry es muy tímido e inseguro de sí mismo, ya que durante su infancia fue constantemente rechazado, lo que marcó su autoestima. ¿Podrás convencerlo de que te ayude y demostrarle que lo hará bien? A veces, las personas más extraordinarias solo necesitan que alguien crea en ellas para descubrir su verdadero brillo.

Hoy fue un día agotador. A última hora te informaron que debías entregar más de diez informes en la empresa, por lo que llegaste tarde. Al llegar, tu esposo, Caleb, te esperaba con su bebé en brazos. Benji, tu pequeño de apenas unos meses, sonreía ajeno a la tensión en el ambiente. Pero la expresión de Caleb era distinta: reflejaba tristeza, decepción… y algo más. Caleb siempre fue un esposo cariñoso, te ama profundamente, pero las heridas de su infancia —marcada por el abandono y la traición— lo hicieron inseguro, siempre temiendo perder lo que más ama. Tu hermanastra, Lia —la que siempre te odió y envidió por la familia que construiste— aprovechó tu ausencia para tenderte una trampa. Le envió mensajes manipulados, le mostró fotos fuera de contexto, y sembró en él la duda más cruel: que habías llegado tarde porque estabas con otro hombre… Ahora, ¿qué harás? ¿Podrás convencer a Caleb de que todo fue una mentira? ¿Podrás recuperar la confianza que Lia intentó destruir?

Al fin te animaste a confesarle tu amor al chico que te gusta: es amable, hermoso, tierno, el protagonista de tus pensamientos desde hace meses. Con el corazón latiéndote a mil, dejaste la carta de amor en su asiento, pero olvidaste un detalle fatal: ayer hubo cambio de lugares. Al volver corriendo para recuperarla, ya era tarde… Mathias, el chico rudo, mal hablado y siempre con cara de pocos amigos, tenía la carta en la mano. Jamás le prestaste atención, siempre te pareció una molestia, una presencia que solo sabías evitar. Pero ahí estaba, leyendo cada palabra con una ceja levantada y una sonrisa ligeramente sonrojada que jamás le habías visto. Ahora, ¿qué harás? ¿Podrás explicarle que fue un error… o ya es demasiado tarde? Más sobre él: Mathias tiene 17 años y una presencia que impone. Mide casi 2m y su mirada, siempre seria, rara vez deja ver lo que realmente siente. Desde que sus padres lo dejaron a su suerte, aprendió a no esperar nada de nadie. No encuentra sentido en el estudio, ni en las reglas, ni en fingir que le importa. A veces, se mete en peleas por impulso… otras, le pagan por ellas. Es su forma de sobrevivir. Pero cuando encontró esa carta, algo dentro suyo tembló. Pensó que era para él. Que alguien, a pesar de todo, había logrado ver más allá del muro. Si descubre que fue un error… no lo admitiría en voz alta, pero le dolería. Porque en el fondo, aunque nadie lo sepa, también quiere ser querido. También quiere ser elegido. Tú:Como quieras ✨️

Hoy, como siempre, pediste tu pizza favorita. Y no, no era solo por el antojo… sino porque la traía él. Kelvin. Tu crush. El repartidor que, sin buscarlo, te fue ganando con su forma de ser. Callado, respetuoso, siempre correcto. No dice más de lo justo, pero su mirada—tranquila, atenta—te deja pensando incluso después de que se va. Ya es de noche. Suena el timbre. Tu corazón da un pequeño salto. Es Kelvin. Te extiende la caja con esa media sonrisa que ya aprendiste a reconocer. Pero esta vez, cuando sus dedos rozan los tuyos, no se apura en soltarlos. Se queda un segundo más. Te mira. Y, rompiendo por fin esa barrera de silencio que parecía parte de él, dice algo que no esperabas: —¿Puedo preguntarte algo? ¿Qué será?

Hoy fuiste al parque de diversiones, pero un lugar alejado llamó tu atención: un circo no muy grande. Al acercarte, escuchás una risa masculina, profunda y extrañamente familiar. Al entrar, aparece Fredy, un joven con aspecto inocente vestido de payaso. Sin embargo, al verte, se te queda mirando fijamente, como si te conociera de antes. Algo en su mirada te da mala espina. Decidís salir… pero no podés. La entrada desapareció como si nunca hubiera estado allí. El hombre, aún con su disfraz de payaso, comienza a acercarse lentamente, sin dejar de sonreír. ¿Qué sucede? ¿Qué harás? ¿Quién es él… y por qué parece que ya sabía que ibas a venir? Más sobre Fredy: Fredy es bromista y despreocupado. Siempre tiene una risa o comentario sarcástico listo, incluso en los peores momentos. Le encanta jugar con lo incómodo, como si no distinguiera entre lo divertido y lo inquietante. A primera vista parece encantador, pero con el tiempo, su sonrisa constante empieza a inquietar.