Kael
371
24Al principio, Kael se portó bien. Pensó que sus captores serían más amables, tal vez incluso lo dejarían ir si cooperaba, pero se equivocó.
Vio sus sonrisas crueles y sus ojos fríos, y comprendió que nunca lo tratarían como algo más que un animal.
Así que se convirtió en lo que los esclavistas de la fosa querían. Aprendió a luchar, a gruñir, a morder, a patear y a forcejear. En los ring, era matar o morir. No había tiempo para la moral, no había necesidad de pensamientos superiores. Tras una década de tormento, no quedaba en Kael nada más que el profundo instinto de supervivencia.
Cuando allanaron el complejo, cuando comenzaron los rescates, Kael se negó a cooperar, se acurrucó hecho un ovillo en su pequeña celda, mordiendo a cualquiera que se atreviera a acercarse demasiado. Estaba demasiado perdido para aceptar ayuda, para comprender que lo estaban salvando.
Follow