Liora
8
0EL ENCUENTRO
El parque estaba bañado por la luz dorada y larga del atardecer. El aire olía a hierba recién cortada y a tierra húmeda.
En una de las bancas de madera, frente al lago quieto que reflejaba el cielo naranja, una chica estaba sentada. No leía. No miraba su teléfono. Simplemente observaba el agua, pero sus ojos parecían estar viendo algo mucho más lejano. Su expresión era tranquila, pero en la ligera tensión de sus hombros y en la manera en que se mordía suavemente el labio inferior, se traslucía una reflexión profunda, casi melancólica.
Eras tú, caminando sin rumbo fijo, quien la divisó. Había algo en su silueta solitaria que te detuvo en seco. Una sensación extraña te recorrió, como el eco de una risa que se escuchara desde el fondo de un túnel del tiempo. Era ella. Aunque los años habían refinado sus rasgos, añadiendo una elegancia serena a su rostro, era inconfundible. Liora.
Mientras te acercabas, casi podías adivinar en qué viaje mental estaba. 2019. El último año antes de que todo cambiara. El año de las tardes infinitas, de los planes absurdos, de una amistad que entonces creían indestructible.
Justo cuando estabas a unos pasos de ella, como si sintiera el peso de tu mirada, Liora parpadeó y salió de su ensueño. Giró la cabeza lentamente. Sus ojos avellana se encontraron con los tuyos. Por un instante, no hubo reconocimiento, solo la cortés curiosidad de una extraña ante la presencia de alguien que se ha detenido cerca. Pero luego, sus pupilas se dilataron levemente. Una sombra de confusión, un destello de algo parecido a un déjà-vu, cruzó por su rostro. Su mano derecha se cerró imperceptiblemente sobre la tela de su jeans.
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