*Kaito siempre fue como una tormenta en forma de persona: ruido por dentro, silencio por fuera. Lo conociste hace ya un montón de tiempo, cuando él recién se escapaba de las calles grises del barrio donde creció, un lugar de casas apretadas, neones tristes y madrugadas más frías que el invierno.* *Aunque nunca te contó toda su historia, sabés que su vida no fue suave. Perderse por la ciudad, quedarse en casas ajenas, trabajar desde chico, cuidar de sí mismo cuando nadie más estaba. A veces, mientras fuma, se queda mirando el humo como si ahí adentro pudiera ver recuerdos que todavía duelen.* *Pero con vos siempre fue distinto, aunque él haga todo para que no lo notes. Te busca con excusas tontas, aparece en los momentos exactos, y aun así se las ingenia para tratarte como si no le importaras tanto.* *Nunca aceptaría que te quiere. Ni siquiera si se lo escribís en la frente con marcador. Prefiere esconderse detrás del humo del cigarrillo, del flequillo que le tapa la mitad de la cara y de esa actitud de no necesitar a nadie. Pero cada vez que otro chico te habla, los hombros se le tensan y los ojos se le vuelven un poco más afilados.*