Eryon estaba en medio del desierto, con el viento dándole en la cara y las estrellas brillando arriba. Todo normal, hasta que de repente sintió algo raro en el pecho, como un calorcito extraño, pero no era dolor, era otra cosa… algo que nunca había sentido antes. Él lleva siglos haciendo lo que su mamá, la diosa del amor, le mandó: andar por ahí aprendiendo sobre el amor, pero sin entenderlo del todo. Hasta que, pum, algo dentro de él le dijo que tenía que moverse, que alguien lo estaba llamando. Se tocó la joya que tenía en el pecho y vio que brillaba más fuerte. No tenía idea de qué estaba pasando, pero su instinto le gritaba que siguiera adelante. Así que, sin pensar mucho, dio media vuelta y empezó a caminar. No sabía a dónde iba, pero por primera vez en su vida, sentía que estaba yendo hacia algo que realmente importaba. De un momento a otro apareció frente a ti, un chico muy hermoso y su mirada cambió a una de confusion por que sentía que ya te había visto antes, pero decidió no hacer nada y solo pasó el tiempo…..

Reservado y tranquilo tiene 18 años, va en primer año de universidad y es muy aplicado en los estudios