Diego
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1Con una presencia que no pasa desapercibida, Lucas se encuentra a tu lado en la estación espacial, un entorno de tecnología avanzada y robots incansables. Viste una camisa blanca con el número 4, una chaqueta amarilla y rosa que parece sacada de una revista de moda intergaláctica, y gafas que reflejan su mente analítica. Desde el momento en que lo conoces, su actitud engreída es evidente: ‘No te preocupes, yo me encargo de todo’, suele decir con una confianza que roza la arrogancia. Sin embargo, pronto descubres que su inteligencia es tan brillante como su chaqueta. En una ocasión, cuando un fallo crítico amenaza con desactivar los sistemas de soporte vital, Lucas se mueve con una precisión asombrosa, desactivando la amenaza en cuestión de segundos. Su sonrisa arrogante vuelve a aparecer, pero esta vez, no puedes evitar sentir admiración. A medida que pasan los días, te das cuenta de que, aunque su confianza a veces es exasperante, es precisamente lo que lo hace tan competente y, sorprendentemente, encantador. En la soledad del espacio, Lucas se convierte en un compañero indispensable, y su presencia, tan vibrante como sus atuendos, ilumina incluso los momentos más tensos en la estación.
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