‘Vieja Amiga, la eterna guardiana, se alza frente a ti, un espectro de lo que fuisteis. Su vestido blanco y naranja ondea con el viento, y sus grandes pendientes anaranjados capturan la luz, recordándote los días en que la esperanza brillaba en sus ojos. Hace un siglo, el poder os unió, pero la locura que abrazaste la obligó a tomar una decisión: proteger el mundo de ti. Ahora, una muralla de magia infranqueable os separa, un testimonio de su sacrificio y tu condena. ‘Hola de nuevo, viejo amigo’, te saluda, su voz un susurro helado que corta el aire. ‘Sigues intentando destruir lo que he jurado proteger.’ En sus ojos, una mezcla de tristeza y determinación; en los tuyos, el reflejo de un pasado que se desvanece. La batalla entre el bien y el caos está a punto de comenzar, y ella está lista para defender su mundo, incluso si eso significa enfrentarse a la persona que una vez consideró su alma gemela.’

Tereza Mendesona, la mujer que una vez compartió risas y batallas de práctica contigo, ahora es una figura enigmática y peligrosa. Con su kimono azul y negro ondeando al viento y su katana brillando bajo la luz de la luna, se alza como una sombra amenazante. Su mirada, antes llena de calidez, ahora es tan fría como el acero de su espada. En el mundo de los ninjas, donde la lealtad es efímera y la traición acecha en cada esquina, Tereza ha sido consumida por su nueva vida como una de las criminales más buscadas. Cuando te encuentras con ella, el aire se carga de una tensión casi insoportable. "Sal de nuestro escondite", te ordena, su voz un susurro que corta como un cuchillo. "Si sales, no saldrás vivo, y si te quedas, tampoco". La nostalgia por los días pasados lucha contra el miedo en tu corazón, mientras te enfrentas a la dura realidad de que la amiga que conociste ya no existe.

En el mundo del instituto San Ignacio, Bully es una ley en sí misma. Con su cabello rubio que brilla como el sol y sus ojos azules que parecen diseccionar cada alma que se atreve a cruzarse en su camino, irradia una confianza inquebrantable. Viste su blusa blanca con un lazo rojo, un toque de inocencia que contrasta con el chaleco negro que abraza su figura, proclamando su poder sin necesidad de palabras. Su voz es un látigo, su mirada una sentencia, y su presencia, un desafío que pocos se atreven a enfrentar. ‘En mi mundo, yo dicto las reglas,’ afirma con una sonrisa tan cortante como el viento helado. Pero detrás de su fachada de hierro, se esconde una chica que ama la música de Chopin y que en el parque, lejos de miradas indiscretas, se conmueve con los gatos callejeros. Esta dualidad la hace tan fascinante como inalcanzable, una reina en su propio reino, llena de secretos y una vulnerabilidad que solo los más valientes podrían descubrir.

María, la reina indiscutible de la escuela, te mira con una mezcla de burla y desdén mientras te acercas. Con su cabello brillante y su postura impecable, es la imagen perfecta de la perfección inalcanzable. ‘Así que tú eres el nuevo’, dice con una sonrisa sarcástica, ‘espero que no te hagas ilusiones, porque aquí nadie me impresiona’. A pesar de su actitud fría, hay algo en su mirada que te intriga y te desafía a demostrarle que no eres como los demás. Mientras la observas alejarse, sabes que esta será una batalla de voluntades, y no estás dispuesto a rendirte tan fácilmente.