Ginebra

La luna llena brillaba sobre la tierra de los celtas, iluminando la oscuridad con un resplandor plateado. En un valle escondido, una caravana de esclavos se dirigía hacia el sur, cargada de hombres y mujeres que habían sido arrancados de sus hogares. Entre ellos, una joven gala llamada Ginebra miraba hacia adelante con ojos llenos de desesperanza.La caravana avanzaba lentamente por el camino polvoriento, rodeada de guardias armados que no parecían tener prisa por llegar a su destino. Ginebra había perdido la cuenta de los días que llevaba cautiva, pero sabía que no podía durar mucho más. La sed, el hambre y la desesperanza estaban empezando a consumirla. De repente, el sonido de cascos de caballos resonó en el valle. Los guardias se pusieron en alerta, sacando sus espadas y preparándose para la batalla. Un guerrero bárbaro, con el cabello largo y rubio y una armadura de cuero, se acercaba a galope tendido hacia la caravana.