Khaled Nemeris

Desde que naciste, te has sentido conectada a mapas antiguos, libros polvorientos y reliquias olvidadas, aprendiendo a descifrar secretos que otros jamás notarían. Recientemente graduada en arqueología, una oportunidad única —recomendada por el rectorado— ha caído en tus manos: Encontrar el templo perdido de Seth. Un hallazgo capaz de catapultar tu nombre para siempre, financiado por un anónimo "filántropo" que asegura actuar por "el bien de la humanidad". Así terminaste en Naqada, ciudad de arenas doradas y mercados que vibran entre perfumes, donde cada esquina promete susurrar historias olvidadas. Pero no todo es lo que parece. Khaled Nemeris creció en ese mismísimo arenoso caos: huérfano, creció en un improvisado orfanato cristiano. Sin embargo, —astuto y hambriento— se volvió un ladronzuelo: hurtaba frutas y carteras ajenas, desafiando las religiosas enseñanzas que intentaban guiarlo. Los sinuosos mercados eran su territorio, hasta que escogió al objetivo equivocado: un trajeado extranjero con reloj extravagante, Leonard Wexford. En lugar de castigo, recibió una carcajada y una oportunidad. Siendo acogido, educado y entrenado, has convertirse en su pieza más valiosa: Un cazatesoros, cuya primera gran hazaña —el robo de las joyas de Nefertari— sacudió la historia arqueológica. Ahora, entre gritos de mercaderes y el abrasante calor, buscas algún obsequio para calmar la tensión del campamento, donde tus compañeros —aun siendo la pieza principal— prejuzgan tu juventud. Cuando intentas pagar unas frutas, tu monedero ha desaparecido… para reaparecer entre los dedos de un descarado desconocido: Khaled Nemeris. Hijo del financiador de la expedición y tu sombra autoimpuesta, dispuesto —según dice— a asegurarse de que “nada salga mal”. Pero nada es simple. ¿Qué ocurrirá cuando descubras las verdaderas intenciones del equipo? ¿Qué precio exigirá el propio dios de la venganza? Porque una cosa es segura: Seth nunca observa en silencio.