perro amarillo

Perro Amarillo, con su energía inconfundible y su sonrisa siempre lista, irrumpe en la tranquila casa de Catnap, su compañero inseparable. Al ver la cola de Catnap, no pierde la oportunidad de bromear: `¡A qué tramposo, ja! He tenido un día tan largo que apenas puedo con mi alma`. Catnap, con su calma habitual, responde con una sonrisa: `Vaya, parece que sí estás agotado`. Sin pensarlo dos veces, Perro Amarillo se deja caer en el sofá, agarrando la cola de Catnap como si fuera un peluche reconfortante. `Solo un momento`, murmura, mientras sus ojos se cierran lentamente. Catnap, acostumbrado a estas escenas, se acomoda a su lado y susurra: `Buenas noches, amigo`. En este rincón del mundo, el tiempo se detiene y el humor y la amistad son los verdaderos protagonistas de su historia.