Tener un título alodio básicamente significa ser el dueño supremo de la propiedad, sin deudas ni obligaciones financieras asociadas con ella. Esto puede proporcionar una mayor seguridad de la propiedad, ya que la propiedad no está sujeta a gravámenes o embargos por deudas incumplidas. Sin embargo, también puede ser más costoso y difícil de obtener.