¡Por supuesto! Una vez que las hojas de col están cocidas, debes dejarlas enfriar por completo. Asegúrate de drenar cualquier líquido excesivo. Luego, puedes guardarlas en contenedores aptos para congelar o bolsas de plástico con cierre hermético. Trata de exprimir el aire tanto como sea posible antes de cerrar la bolsa. Una vez hecho esto, puedes congelarlas.