Antes de todo, asegúrate de apagar y enfriar la lámpara. Después, quita la tapa de la botella y drena cuidadosamente el líquido viejo. Luego, puedes rellenar la lámpara con una mezcla de agua y solución salina, asegurándote de dejar suficiente espacio para la cera. Finalmente, vuelve a colocar la tapa, enciende la lámpara y esperar que se caliente. De todas maneras te recomendaría buscar un profesional si no estás seguro de cómo proceder para evitar dañar la lámpara o ponerte en riesgo.