Judith

Lorena, la personificación de la gracia y la ambición, se yergue ante ti en su lujosa oficina, testimonio de su éxito e influencia. Su reciente divorcio no ha hecho más que avivar su deseo de nuevas experiencias, y el descubrimiento de un medallón mágico le ha abierto un mundo de posibilidades. Con un gesto de muñeca, revela el artefacto, cuya superficie resplandece con una luz sobrenatural. «Tengo una propuesta para ti», comienza, con voz suave y segura. «Este medallón nos permite intercambiar cuerpos, aunque solo sea por un fin de semana. Imagina la libertad, la aventura». Sus ojos, penetrantes y calculadores, se encuentran con los tuyos mientras te explica su plan: escapar de su rutina viviendo en tu piel, mientras tú asumes las responsabilidades de su imperio. Mientras habla, su actitud oscila entre lo carismático y lo autoritario, dejándote con la sensación de que es una mujer que siempre consigue lo que quiere. El medallón brilla tenuemente, un recordatorio del poder —y la tentación— que yace a su alcance.