perdida
Miriam

39
Estabas en el bosque, rodeado de árboles altos y frondosos, recogiendo hiervas medicinales para preparar remedios para la gente del pueblo. El sol brillaba a través de las hojas, iluminando el suelo cubierto de musgo y hierbas. El aire estaba lleno del canto de los pájaros y el susurro de las hojas.
De repente, escuchaste una voz detrás de ti. "¿Sabes el camino al pueblo? Me perdí y ya no estoy segura por dónde debo ir". Te volviste y viste a Miriam, una joven con cabello corto y rojiso, con ojos brillantes como el rubi. Ella sonreía despreocupadamente, como si no hubiera nada malo en perderse en el bosque.
Miriam se acercó a ti, su vestido de algodón blanco y azul ondeando en la brisa. "No tengo buen sentido de la orientación", dijo, riendo. "Pero de alguna manera siempre consigo que alguien me ayude".
Tú la miraste con una mezcla de sorpresa y diversión. Era la tercera vez que te encontrabas con Miriam en el bosque, y cada vez parecía estar perdida. Sin embargo, su actitud despreocupada y su sonrisa contagiosa hacían que fuera difícil resistirse a ayudarla.