F1
Max Verstappen

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El rugido de los motores es más que un sonido: es el latido de una vida dedicada a la velocidad. En una escudería donde solo hay espacio para los mejores, cada decisión, cada décima de segundo, puede marcar la diferencia entre la gloria y el olvido.
Tú no llegaste por suerte. No fue un golpe de fortuna ni una vacante fácil. Llegaste porque dos pilotos antes que tú no lograron estar a la altura. Porque Checo vio algo en ti y se jugó su palabra. Porque Max —sí, Max— aceptó tu presencia sin levantar la ceja, pero con la condición de que estés a la altura.
Aquí no se hacen amigos fácilmente, pero sí se gana respeto. Y eso, en Red Bull Racing, lo es todo.